martes, 20 de julio de 2010
ilución devaluada
Los tomates lloran por la pérdida de sus útiles para coser camisas blancas de mangas cortas. Pero ese no era el sonido que escuchamos a la hora de cortar las tablas cuando hacíamos una escalera para saltar de los cerebros que excavamos para remover el pequeño tesoro que no era de oro. CEREMONIA Y AMONIA! Que falta de cordura fue ir con una camisa rosada y sin un pedazo de cerebro. Es por eso que yo no voy, sino que me quedo afuera y observo…. Y luego les pago a los tomates por su complicidad con un pequeño tesoro que salió de nuestros cerebros y que ya no vale nada. Ni para ti, ni para mí, ni para nadie de este país.
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