martes, 20 de julio de 2010
ni siquiera tenía que ir tan lejos
¡Correr contra la pared! No fue exactamente lo que hice porque solo cruce la calle y no frene porque no iba manejando, pero lo menciono porque es un cruce peligroso y a cada rato hay choques por ahí. ¿Pero porque demonios cruce la calle? Eso nunca lo adivinarían porque no es un chiste, sino una razón. Y para que haya una razón tiene que haber una situación, una elección o tal vez simplemente un deseo. Y había esos tres. Había. Ahora ya no hay nada. Y por eso ya no cruzo la calle y me quedo acá sentado.
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